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martes, abril 23, 2024
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72 granjas de Castilla y León producen 150 millones de litros de la mano de Lactiber

Este interproveedor de Mercadona vela por poner en los lineales un producto competitivo en calidad. Su obsesión por la eficiencia persigue la satisfacción del consumidor, pero también garantizar el futuro del ganadero español

Todo consumidor debería visitar las instalaciones de la empresa Lactiber para saber lo que cuesta poner un litro de leche en el lineal del supermercado. Lactiber es un interproveedor de Mercadona que lleva hasta los hogares 150 millones de litros de leche al año, producidos en granjas de Castilla y León.

A sus instalaciones de Trobajo del Cerecedo, junto a la ciudad de León, llega diariamente la leche de 72 granjas, 46 de ellas en relación directa con la compañía y las otras 26 como integrantes de tres cooperativas de Salamanca, León y Saldaña (Palencia).

Leche de Castilla y León que llega a los hogares de la comunidad en los diferentes formatos de leche básica y enriquecida en calcio. También batidos, nata de cocinar y, desde hace cuatro meses, leche sin lactosa.


“Es de las empresas que más priman al ganadero
por la calidad de la leche”


Al mismo tiempo, desde estas instalaciones leonesas llega a las 1.625 tiendas de Mercadona en toda España productos especiales, como la leche evaporada, la Lecha + Proteínas, la leche con canela y limón y las leches infantiles para niños de uno a tres años.

Este gigante alimentario se puso en marcha en 2007, cuando la sociedad formada por la andaluza Covap y la vasca Iparlat compró las instalaciones de Puleva en León. Algo más de una década en la que ha triplicado la producción, con un modelo de crecimiento que en buena medida se ha basado en aplicar el modelo de negocio de Mercadona.

Para el director general de la compañía, Emilio de León, “Mercadona te da unas posibilidades enormes en cuanto a volumen, y te permite ser muy autocrítico con todos tus procesos para estar en mejora continua”. “Nos mantiene en una tensión positiva, que nos ha llevado a diseñar el proyecto de ‘Calidad 10’, en el que nos hemos replanteado todo el proceso desde el ordeño hasta que el brick sale de nuestras instalaciones, de modo que obtengamos la mejor calidad para que el cliente vaya al lineal y elija la marca Hacendado y no otra”, recalca.


De aquí van a 1.625 tiendas de Mercadona
diferentes productos especiales, como leches infantiles


Y es que son muchas las empresas que quieren trabajar con Mercadona, “pero para ello hay que hacerlo bien desde el principio, y de forma muy eficiente. Si trabajamos bien el consumidor irá a Mercadona y comprará esta leche porque tiene un precio competitivo, pero sobre todo porque sabe que es de la máxima calidad, además de proceder de ganaderos de Castilla y León”.

Llama la atención el trabajo desarrollado tanto en granja como en las instalaciones de Trobajo del Cerecedo. La innovación desarrollada en sus instalaciones y las inversiones realizadas, además de las importantes mejoras que se están realizando para tener las mayores garantías en bienestar animal y en la dignificación del trabajo de los ganaderos con inversiones que conllevan la mejora de las instalaciones.

Todo ello para llegar a las estanterías de Mercadona con un producto de gran calidad y 100% nacional.

Para Emilio de León la clave reside en el proceso de “eliminar ineficiencia en toda la cadena, desde el productor hasta el envasado, teniendo siempre como faro al Jefe”.

Una de las granjas colaboradoras de Lactiber es SAT Las Eras, de Villalquite (León). Una de sus socias es Sonia Palenzuela, tercera generación de esta empresa familiar fundada en 1959 y que hoy cuenta con 223 vacas. Toda la leche que produce (2,5 millones de litros al año) la entrega a Lactiber merced a una relación estable refrendada, que le aporta estabilidad “y que nos permite mejorar y tener rentabilidad en nuestra granja”, señala.

El mismo esquema de máxima eficiencia que Lactiber se aplica a sí misma es válida para esta granja. “Todos estamos conectados y es importante que el proceso desde nuestros cultivos hasta la leche que producimos esté enfocado para obtener la máxima calidad de leche, lo que me ayuda a mejorar y a mantenerme en la línea de lo que buscan”, resume.


“Se analiza el espacio que el animal tiene para comer o beber, o si dispone de espacio para tumbarse de forma adecuada las doce horas que necesita”


La granja de Sonia Palenzuela es una de las que participan en el programa para la obtención de una calidad 10, denominado EFIBER, que se inició el pasado octubre, “cuando reunimos a un grupo de ganaderos y les presentamos un proyecto de eficiencia basado en analizar diferentes aspectos de la granja, como reproducción, calidad de la leche o bienestar animal”, relata Roberto Robles, director de Campo y Servicios Ganaderos de Lactiber. Todo para ver “en qué situación se encuentra cada granja y, comparando con los demás, mejorar las diferentes áreas productivas allí donde haya necesidad de ello”.

Ese programa se va desarrollando “y ya se están detectando puntos de mejora que hay que atender o que estamos atendiendo”. En su marco se están analizando 50 ratios productivas. Por ejemplo, “se analiza el espacio que el animal tiene para comer o beber, o si dispone de espacio para tumbarse de forma adecuada las doce horas que necesita para producir la leche”, señala Robles en relación con un capítulo de bienestar animal muy relacionado con la producción.

“El bienestar siempre redunda en mejor calidad, y nosotros proveemos al animal de las mejores condiciones, al mismo tiempo que trasladamos a la opinión pública que somos sensibles a las nuevas preocupaciones de la sociedad”, recalca.

El estándar exigido para la leche es la calidad Doble A, alcanzada a día de hoy por el 83% del producto que llega a Lactiber, si bien el objetivo es que muy pronto ese porcentaje sea del 100%. “Somos de las empresas que más priman al ganadero por la calidad de la leche; somos los más estrictos, pero también somos de los que mejor pagamos esa calidad”, recalca Emilio de León.

El objetivo de llevar la Calidad Doble A a toda la producción no es fruto de un capricho ni una cuestión de imagen. Para el director general “es nuestra meta porque en fábrica no mejoramos la leche: nos tiene que llegar en estado óptimo. Por eso la recogemos a diario para que pase el menor tiempo posible desde el ordeñe hasta que entra en el brick. Nos cuesta dinero, pero obedece a nuestra política de calidad”.

 

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