En la comarca abulense de Madrigal de las Altas Torres el temor a que se repita la plaga de topillos de trece años atrás crece día a día. Los avistamientos de estos roedores se están multiplicando en los caminos, las cunetas y terraplenes están repletos de madrigueras y los daños en los cultivos -sobre todo en remolacha y patata- son más que evidentes, tal como describe Anselmo Martín, agricultor local.
Aunque Itacyl ya reiteró hace unos días en su web cuáles son las pautas para controlar la infestación, los productores agrícolas reclaman a la Administración que tome cartas en el asunto antes de que sea demasiado tarde.
“Hace falta que la Junta no se duerma en los laureles, porque esto tiene la misma pinta que en 20o7”, reclama Martín.
Este agricultor, que gestiona esta campaña en los terrenos madrigaleños en torno a 20 hectáreas de patata, otras tantas de remolacha y 180 más de cereal, considera que si hay tormentas en agosto la explosión demográfica del topillo campesino está asegurada. Con el desastre que supone para la agricultura. 
