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viernes, marzo 29, 2024
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José Gómez (RKD): “El agricultor se ha abierto a una tecnología cada vez más necesaria”

Fundada en 1981, RKD Irrigación fabrica 400 dispositivos de riego al año en La Cistérniga (Valladolid). El 70% de su facturación procede de las ventas en el mercado exterior, fruto de la expansión impulsada por el fundador de la empresa, José Gómez

Ricardo Ortega

José Gómez es una de esas personas que no pueden disimular lo que son. En su caso, el ser uno de los protagonistas de un sector que, como el agrícola, no ha cesado de avanzar y reinventarse en el último medio siglo.

Es probable que sobre su mesa nunca haya existido una agenda como la que empleamos el resto de los mortales. Y es que este ingeniero catalán, con sangre cántabra en sus venas, es conocido por una inaudita memoria para las fechas. La empresa que puso en marcha hace 35 años, RKD Irrigación, nació marcada por una fecha, y no la de un día cualquiera: el 24 de febrero de 1981.

Nacida con un susto

La constitución de la empresa tuvo lugar en una notaría del Paseo de Gracia de Barcelona, adonde no había acudido ningún empleado cuando José llegó a su cita para constituir la sociedad: ese amanecer un tal Tejero aún estaba dentro del Congreso de los Diputados, en un episodio del que entonces no se conocía el resultado. Fue el notario quien apareció, con muchísimo retraso, por una calle vacía y la compañía vio la luz al mundo jurídico.

Una nueva fecha, el 16 de enero de 1983, marca el momento en que RKD se trasladó a varios cientos de kilómetros: el vallisoletano polígono de Argales. Por supuesto sin consultar un solo papel, José apunta que el 3 de mayo de 1998 la compañía se traslada al polígono de La Mora, en la localidad de La Cistérniga.

Un riego ‘de oro’

RKD es una abreviatura de Rekdor, algo así como la germanización de reg d’or (riego de oro, en catalán). Su primer eslogan comercial fue ‘Para que siempre llueva a gusto de todos’ y hoy esta empresa vallisoletana, que emplea casi en exclusiva materias primas nacionales, lleva esa lluvia a medio centenar de países de todo el mundo.

“En 1984 ya teníamos un distribuidor en Portugal y poco después se dio el salto a Argentina y Chile”, rememora José. De forma paralela, en 1983 fabricaba entre 70 y 80 máquinas al año; hoy hace en torno a 400 y la exportación supone el 70% de la facturación.

RKD es la única empresa que fabrica pívots y sistemas laterales de avance frontal en Castilla y León y una de las dos que lo hacen en España. Más datos para hacerse una idea de lo que se cuece en las instalaciones de La Cistérniga: 36 empleados, sesenta distribuidores en todo el mundo (sobre todo en el este de Europa) y nueve millones de euros de facturación.

Siempre vende a través de distribuidores, tanto en el mercado nacional (que se mantiene estable, con oscilaciones anuales inferiores al 10%) como en el internacional. La expansión exterior ha sido en gran medida gracias a su director comercial, Raúl Monje, “un profesional que se lo ha trabajado de verdad”, señala José, quien añade que desde el primer momento la compañía se dedicó a la fabricación de pívots, aunque al poco de nacer amplió la actividad a la cobertura.

La innovación desarrollada desde el polígono industrial de La Cistérniga se expande por el mundo gracias a un equipo comercial muy especializado, a una completa red de distribuidores y a unos técnicos que analizan el terreno y diseñan los sistemas más adecuados en función de la orografía, el clima, el tipo de suelo y las necesidades de las plantas.

La manufactura se realiza en las instalaciones de La Cistérniga. El diseño y la ingeniería proceden íntegramente de la casa. Con José trabajan tres de sus hijos: Daniel (en Comunicación), Aurelio (responsable de Producción y Calidad) y Santiago, como ingeniero. Este padre y empresario no lo dirá jamás, pero es probablemente uno de los mayores expertos en regadío de España. “El sector ha cambiado mucho en estos años, tanto respecto a la formación de los profesionales como en cuanto a los avances tecnológicos”, señala.

En el caso de los pívots, “hace años instalabas uno y si no fallaba una cosa fallaba otra. Hoy te pueden durar treinta años, en función de la calidad del agua: allí donde se toma agua de un río es probable que duren más años, frente a quienes riegan a partir de un pozo, por la presencia de minerales y otros elementos”, recalca. Hoy, señala, la pauta la marca la innovación.

El máximo responsable de RKD asegura que la eficiencia es esencial en el regadío, y que “la telemetría es clave para asegurarla”. Por eso han desarrollado y puesto en el mercado el cuadro de mando en su versión DIGIT-2, que permite gestionar desde el ordenador, tablet o teléfono la cantidad de agua que se aporta a las plantas, controlando la velocidad de la máquina (puesto que el caudal de agua siempre es el mismo). “Y lo puede hacer estando de vacaciones, desde Tailandia”, recalca José.

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“Le puedes decir al pívot que en determinado sector de tu finca de regadío dé tal cantidad de agua o no riegue o aplique la fertirrigación”. También cambiar parámetros, temporizar o programar según cultivos, tipo de suelo o necesidades de agua. Incluso permite almacenar un histórico de las campañas para poder evaluar y reducir gastos en el manejo del riego.

Es la novedad que RKD ha presentado este año en la feria internacional de agricultura EIMA, en Bolonia. Como señalan desde la compañía, el nuevo dispositivo “se está promoviendo en todos sus mercados con el fin de hacer mucho más fácil el manejo del riego a los agricultores”.

¿Es posible generalizar ese sistema en Castilla y León? “Por supuesto”, señala el responsable de la compañía. “El profesional de hoy en día está muy preparado y eso se nota un montón, a todos los niveles. El agricultor se ha abierto a una tecnología cada vez más necesaria en el campo”, remacha.

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