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viernes, marzo 29, 2024
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Habrá agua para regar, si llueve normal

La CHD prevé que si las precipitaciones son las habituales “se podría defender” la próxima campaña

La sequía ha menguado las reservas en los embalses de la cuenca del Duero hasta el 20%, lo que es la mitad del agua que queda al final de otras temporadas

A pesar de la situación casi dramática de algunas zonas de la cuenca del Duero, si las precipitaciones y, por tanto, las aportaciones a los embalses se situaran en los valores de un año medio, “se podría defender la próxima campaña de riego en cualquiera de los sistemas de la cuenca”, según prevén en la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

“No debe olvidarse que este año hidrológico se va a cerrar con valores de aportaciones a los embalses del norte de nuestra cuenca con registros que se sitúan o en el mínimo histórico (Pisuerga, Carrión, Porma y Esla) o entre los cinco menores, como es el caso de los sistemas Órbigo y Tuerto”, advierte el jefe de Explotación en la CHD, José Antonio Ruiz.

Sequía que por ahora no cesa. Agricultores -especialmente los regantes- y los gestores del agua están muy preocupados por la campaña en este inicio. Los cultivos que han acabado, o están a punto de hacerlo, ya no tienen solución en lo que a lo hídrico se refiere.

Mal panorama. Las reservas son casi inexistentes. La previsión en la cuenca del Duero, al término de la presente campaña de riego (30 de septiembre), se sitúa en el entorno del 20% de la capacidad máxima de embalse. “Está muy lejos del 42% con el que se cerró la campaña de 2016, o el 37% que resulta de la media de los diez años anteriores”, resume José Antonio Ruiz.

“Precisamente, los magníficos datos con los que se terminó la campaña de riego del pasado año 2016 son los que han permitido defender una campaña de riego muy complicada como ha sido, al norte del Duero, la del presente año hidrológico”, aduce Ruiz.

Distintos sistemas

Ahora la situación es totalmente diferente según el sistema del que hablemos. Los sistemas Tormes (embalse de Santa Teresa) y Águeda (Irueña y Águeda) van a concluir con unas reservas en el entorno del 40% de su capacidad. Por encima del 20% se situarán el Adaja (embalse de Las Cogotas); el Riaza (Linares del Arroyo) y el alto Duero (Cuerda del Pozo).

En el otro extremo, en torno al 10% de su capacidad de embalse, se situarán los de Palencia (sistemas Carrión y Pisuerga), así como el de Villameca en el río Tuerto. El leonés de Barrios de Luna escasamente superará el 5% de su capacidad. Es decir, se quedará con poco más de 16 hectómetros cúbicos de agua.

23 comunidades de riego

Como es lógico, los acuíferos tampoco están sobrados de reservas. Los riegos del agua subterránea no son indemnes a la crisis. La parte administrativa sí avanza poco a poco. Son 23 las comunidades de regantes legalmente constituidas: siete en Salamanca, Segovia y Valladolid respectivamente, además de otras tres en la provincia de Ávila.

Por otra parte, a finales del mes pasado, la Junta ha autorizado la ejecución de la obra para convertir en regadío 2.700 hectáreas de las vegas bajas del río Valdavia, en la provincia de Palencia. Supondrá una inversión cercana a los 20 millones de euros.

A la Comunidad de Regantes de las Vegas del Bajo Valdavia le supondrá una inversión de 11,2 millones de euros. Con esta cantidad se encargará de financiar la obra complementaria, cuyo coste asciende a 8,7 millones de euros. Este nuevo regadío beneficiará a más de un centenar de agricultores palentinos.

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