Es casi imposible obtener una buena cosecha si no se parte de una simiente de calidad.
Ha llegado el momento de planificar las siembras y LESA mantiene su apuesta por la semilla certificada, tanto por motivos agronómicos como económicos y legales
Luis de Juan, ingeniero agrónomo y jefe de sección de Leonesa Astur de Piensos (LESA)
Varias serán las ventajas con la utilización de la semilla certificada, tanto en el ámbito agronómico como en el fitosanitario, por lo que debería ser atractiva para los agricultores productores aun cuando su precio sea algo superior en relación con semillas de su propia cosecha.
En todo cultivo va a ser imprescindible la calidad de la semilla para el éxito final de aquel. La semilla va a ser el material de partida para la producción y por lo tanto será indispensable que su respuesta sea la adecuada bajo las condiciones de siembra para que produzca una plántula vigorosa para alcanzar el máximo rendimiento. Va a ser casi imposible obtener una buena cosecha si no se parte de una semilla de calidad, ya que un cultivo puede resultar de una calidad inferior a la semilla sembrada pero nunca mejor que ella.
En general las semillas certificadas reúnen una serie de propiedades que se habrán corroborado por lotes que salen al mercado, ya que tendrán que cumplir con los Reglamentos Oficiales que los regulan. Y estas propiedades que reunirán cada lote son:
Genuidad, el lote de semillas responderá a la especie, variedad o cultivar deseado.
Homogeneidad, tanto extrínseca como intrínsecamente.
Pureza, estará libre de semillas de otros cultivares, especies, semillas de malezas y partículas extrañas.
Limpieza, estarán libres de elementos o productos extraños como pajas, palillos, tierra, etc.
Sanidad, estarán libres de plagas y enfermedades.
Viabilidad, serán capaces de germinar para desarrollar una plántula normal en condiciones óptimas de siembra.
Vigor, las semillas deberán germinar y desarrollar una plántula normal en situaciones de siembra desfavorable.
Todas estas características que definen a la semilla certificada, entre otras ventajas, van a suponer que se puedan utilizar menores dosis de siembra, lo que representará un ahorro significativo; los rendimientos serán mayores, con mejor implantación del cultivo, disminución de la presencia de arvenses o malas hierbas, aumentará la sanidad del cultivo, y en cuanto a la producción se habrá disminuido la presencia de mezclas y se habrá asegurado la homogeneidad de esa producción, que podrá ser requisito esencial para el destino final de esa cosecha, al tener que incorporarse a la cadena alimentaria.
Los inconvenientes de la semilla acondicionada
La semilla acondicionada no puede asegurar todo lo expuesto anteriormente, ya que no estarán analizados ni medidos esos mínimos de calidad exigidos en la normativa, estando expuesta esa semilla a ciertos riesgos como serán la contaminación tanto en finca como en maquila, la desinfección inadecuada, etc… al tratarse de operaciones que se realizan continuamente de un agricultor a otro con diferentes variedades y cada cual procedente de un ámbito deferente de producción.
También recordar que en el caso de la utilización de semilla acondicionada el agricultor será el único responsable de la calidad del grano acondicionado.
Estudiando la diferencia de coste entre la semilla certificada y la semilla acondicionada se puede concluir que esta se ve enormemente compensada por las ventajas que aporta la semilla certificada además de correr muchos menos riesgos en todo el ciclo de producción.
En cuanto a la semilla ‘pirata’, aparte de tener todos los pormenores de la semilla acondicionada, debemos recordar que está estrictamente prohibida su utilización según la legislación actual vigente, comprometiendo con fuertes castigos tanto al productor, vendedor, agricultor intercambiador y agricultor, que la utilizan. Esta posible práctica de la utilización de la semilla pirata también repercute negativamente en el seguro de sostenibilidad para la obtención de nuevas y más eficientes variedades. Para ello sí contribuye positivamente la semilla caertificada, y en menor cuantía la semilla acondicionada.
