Este año ha sido, en lo agronómico, un espectáculo. La primavera se portó como todos deseamos siempre, con las lluvias necesarias y la cosecha de cereal ha sido casi de récord. En lo que se refiera a la agricultura poco más podemos pedir.
La pandemia nos ha afectado como a toda la sociedad, pero sin que haya tenido gran incidencia en el trabajo del agricultor. Solo que hemos echado de menos tener más gente alrededor y algún servicio no ha funcionado tan bien como es habitual. Los ganaderos de ovino, por ejemplo, que en un principio lo veían mal, parece ser que al final han podido salvar el contratiempo.
El mercado sí nos ha vuelto un poco locos. Los precios bajaron al empezar a cosechar y volvieron a subir después, de manera inesperada, sin razones aparentes. Quizá la demanda de China sobre materias primas haya tenido que ver.
Entramos en 2021 con la esperanza de que todo se solucione y podamos olvidarnos del coronavirus. Con la esperanza de que esta pesadilla se acabe. Aunque el agricultor siempre pueda seguir trabajando, la enfermedad le condiciona por asuntos familiares y otros. ¡A ver este año que está a punto de comenzar podemos centrarnos de pleno en el trabajo sin otras cosas que nos afecten!
Balance 2020, Armando Caballero (Presidente de Cocetra y agricultor)
