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viernes, abril 19, 2024
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“La clave del viñedo reside en el equilibrio entre desarrollo, producción y las cualidades de la uva deseadas”

Ricardo Ortega

Un aspecto crucial para el éxito del viñedo es el sistema de conducción, que incluye lo relativo a labores como la poda, tanto en seco como en verde. El investigador de Itacyl Jesús Yuste Bombín participa en el Speaker Corner de Agrotecnológica, en la Feria de Valladolid, con la convicción de que evaluar el potencial de un viñedo conlleva el manejo adecuado para explotar sus posibilidades.

“A través del desarrollo foliar del viñedo se obtiene un desarrollo, un nivel productivo y cualidades de la uva que responden a ese desarrollo foliar, y particularmente a su distribución”, recalca.

Los trabajos encaminados a evaluar el impacto de los diferentes sistemas de conducción y lo relativo a carga de poda, junto a otras labores, para ajustar la carga de cosecha al potencial foliar de la cepa se desarrollan de forma integral. “No se puede separar la cantidad de hojas de un viñedo de su distribución y de los objetivos productivos de la explotación”, recalca Yuste.

Para el investigador, la importancia de la poda va mucho más allá de su propia mecanización “porque al ejecutar la poda estamos restringiendo o potenciando las posibilidades del viñedo”. De hecho, “en la mayor parte de los casos esa mecanización se realiza para aumentar la rentabilidad del viñedo”, señala.

“Ahí está el punto clave de conciliar la aplicación de criterios agronómicos y enológicos adecuados con la aplicación de forma rentable de operaciones mecanizadas. Bajo ese punto de vista, se busca el equilibro más adecuado entre ambos aspectos para llegar a la situación más adecuada”, reitera.

Sistemas de conducción

La intervención de Yuste en Agrotecnológica ha servido para dejar claro que “no se puede decir que haya un sistema de conducción o poda mejor que otro”. Así, “no hay un sistema que sea el mejor, sino que de acuerdo con las condiciones de la explotación vitícola se puede elegir un sistema u otro”.

Abundando en la misma línea, el investigador de Itacyl recuerda que hay determinadas empresas que apuestan por el vaso, “pero es un sistema que no es mejor ni peor, sino una forma de trabajar que conlleva una serie de limitaciones, sobre todo mecánicas, y unas posibles ventajas, como la de la autorregulación de la carga”.

Una vez que se opta por un sistema de conducción, que puede ser un vaso más alto o más bajo, una espaldera con cordón unilateral o bilateral, etc., “de lo que se trata es de ajustar ese manejo a los objetivos de producción y de calidad de la explotación”. En ese sentido, “se debe buscar un equilibrio entre desarrollo, producción y las cualidades de la uva que se persiguen”, recalca.

En definitiva, al optar por una conducción del viñedo “estamos estableciendo una estrategia de adaptación en cada lugar, porque lo definitivo para escoger la forma de conducción no es el medio en el que nos encontramos, sino sobre todo los objetivos de producción”.

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