La composición varietal del viñedo español muestra cierto grado de equilibrio por colores, pues el 52% de las uvas de vinificación plantadas en España corresponde a variedades tintas y el 48% a blancas.
Las variedades dominantes siguen siendo la Tempranillo y la blanca Airén. La primera cuenta con 201.427 hectáreas, mientras que la segunda se acerca con 195.175 hectáreas.
Cada una de ellas tiene un peso relativo del 21% sobre el total del viñedo plantado, según los datos recabados por Asaja.
Tras la variedad Tempranillo, dentro de las variedades tintas, por orden de importancia, se encuentran las variedades Garnacha Tinta (59.260 hectáreas), Bobal (54.287 hectáreas), Garnacha Tintorera (40.095 hectáreas), seguidas por Monastrell (35.756 hectáreas), Cabernet Sauvignon con cerca de 17.927 hectáreas y Syrah con 16.918 hectáreas.
Las blancas, decrecientes
En cuanto a las variedades blancas, después de la variedad Airén se encuentran cepas como la Macabeo (56.266 hectáreas), Verdejo (25.463 hectáreas), Pardina (22.300 hectáreas) y Cayetana Blanca (11.915 hectáreas).
Según destaca el MAPA, en lo que respecta a las variedades blancas, en España se observa una tendencia decreciente de esta variedad hasta el año 2006, pasando en ese año a representar el 43% del total nacional, cuando en el año 2000 su peso era del 50%.
Tras un periodo de crecimiento moderado, su peso sobre el total nacional se ha mantenido constante, en torno al 44-45%. En los últimos años se observa un leve crecimiento de variedades blancas, alcanzando el 48% del total nacional.
En cuanto a las variedades tintas, la tendencia ha sido creciente hasta el año 2012, pasando de un 39% de importancia sobre el total nacional en el año 2000 a un 53% en el año 2012.
Sin embargo, en las últimas campañas se observa un cambio de tendencia en estas variedades, estabilizándose su valor respecto al total nacional en alrededor del 51-52%.
Mayoría de uva tinta
Las variedades tintas son mayoritarias en los viñedos nacionales desde el año 2005. Entre las variedades que más han incrementado su superficie desde el año 2000 se encuentran la variedad Tempranillo con 83.570 hectáreas más, la variedad Garnacha Tintorera con 32.555 hectáreas nuevas, y le siguen las variedades Macabeo-Viura (+23.361 ha), Verdejo (+20.083 hectáreas), Syrah (+12.127), Cabernet Sauvignon (+12.411), Chardonnay (+9.399), Merlot (+8.338) y Sauvignon Blanc (con 7.403 hectáreas más).
Por el contrario, las variedades que más han visto reducida su superficie desde el año 2000 son la Airén con 143.460 hectáreas menos. Le siguen la variedad Bobal con un descenso de 38.342 hectáreas, la Pardina con una reducción de 30.915 hectáreas con respecto a las que contaba en el año 2000, y la Monastrell con 29.356 hectáreas menos.
Garnacha tintorera
Si no miramos tan atrás y tomamos como referencia el cierre de 2014/15, se detecta un interés importante por la Garnacha Tintorera, que ha ganado 14.196 hectáreas desde entonces, y por la Macabeo (+9.810 hectáreas). También han experimentado incrementos importantes en su superficie las variedades Verdejo, Chardonnay y Tinto de la Pámpana Blanca, con 7.106, 3.758 y 3.394 hectáreas más, respectivamente.
En ese mismo periodo, las cepas que más han visto reducida su superficie han sido la Airén con 21.856 hectáreas menos, la variedad Bobal con un descenso de 8.087 hectáreas, la variedad Listan Blanco de Canarias (-7.462 hectáreas), la Monastrell (-7.310 hectáreas con respecto a las que contaba a 31 de julio de 2015), y las variedades Listan Negro, Syrah, Garnacha Tinta, Cabernet Sauvignon y Tempranillo con 3.047, 2.876, 2.809, 2.398 y 1.820 hectáreas menos, respectivamente.
